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[Pasaje devocional: Habacuc 3:1-2, 13-19]

Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. (Habacuc 3:17-18)

Cuando usted vuelva a leer el pasaje devocional, ponga la palabra “aunque” después de cada coma y se asombrará de la seguridad y fe que profesa el profeta. Puede cambiar esa palabra por “a pesar de” y seguirá asombrándose de la actitud de los que conocen y esperan en el Señor.

Cuando todo está bien, no tenemos problemas en expresar nuestra fe y confianza. Ahora, cuando la situación es contraria (aunque), como lo plantea y detalla el profeta, entonces nuestra fe es probada. El Señor no dijo que en nuestro andar por la vida siempre estaríamos rebosando de prosperidad, buen tiempo y abundancia.

El cuadro que nos presenta el profeta es aterrador, es como para entrar en una depresión total, sin embargo, firma ese cuadro con las palabras “alegría” y “gozo”. Pero no es el gozo y la alegría que encontramos en el mundo, es el gozo del Señor, el cual es nuestra fortaleza.

Ejercite su fe, cualquiera que sea su situación. Tal vez no sea tan radical como la del profeta, pero tenga por seguro que “aunque” ande por el valle de sombras, aunque sus padres le puedan dejar, su confianza y entrega a Él le harán vivir con gozo y alegría.

Señor, dame tu gozo a pesar de las dificultades, escasez y problemas.

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