Por Salime Weatherford
Siempre tuve gran respeto por mi suegra. Una mujer que decidió caminar con Cristo a pesar de la oposición de su familia y obedeció sin importar las críticas de su tiempo. Una mujer que crió a una familia de 9 hijos, uno de los cuales es mi esposo.
Padeció carencias económicas, perdió a un hijo pequeño, enfrentó la rebeldía de sus hijos, pero permaneció parada en la Biblia y su hogar estaba lleno de oración y de fe. Esta mujer le enseñó a mi esposo a ser un hombre de Dios cuando sentándolo en sus piernas le leía la Biblia. Definitivamente la vida de mi suegra no fue perfecta. Tengo muchas historias de cómo falló como mamá y muchas más historias de cómo falló como suegra. Mi relación con ella no fue siempre fácil…pero pude entender que al igual que yo…mi suegra era una mujer pecadora salva por Cristo.
Te cuento esta historia personal e imperfecta porque cuando piensas en tu suegra piensas, muy posiblemente, en alguien de quien debes alejarte y no deseable.
Y esto no es de sorprender. ¿Cuántos chistes de suegra existen? ¿Cuántas historias terribles conoces? ¿Cuántos malos ejemplos tienes? Leamos un pasaje de la Biblia juntas, para entender lo que piensa Cristo de tu suegra.
Cuando Jesús salió de la sinagoga, se fue a casa de Simón, cuya suegra estaba enferma con una fiebre muy alta. Le pidieron a Jesús que la ayudara, así que se inclinó sobre ella y reprendió a la fiebre, la cual se le quitó. Ella se levantó en seguida y se puso a servirles. Lucas 4:38-39.
Imagínate que eres amigo, discípulo de Cristo, pero tu corazón está moldeado a la cultura de “odiar a tu suegra” nunca buscarías intencionalmente hacerle un bien, o te escudarías en que ya no es necesario considerarla pues ustedes han formado su propia familia, o simplemente te olvidarías de ella.
Sin embargo, aquí vemos a Simón (Pedro) yendo con Jesús y pidiendo ayuda por ella. Lo que Pedro sabía es que su suegra, al igual que él, necesitaban a Cristo. Lo que Pedro entendía era que su suegra, al igual que él, era humana.
Esta es la primera lección que tenemos que aprender: Cada suegra es una humana pecadora viviendo en un mundo caído y que, como tú, necesita a Cristo. Tu suegra y la relación que tienes con tu suegra necesita a Cristo. Entender esto te va a ayudar a tratar a tu suegra como tratarías a otros…como a tu prójimo.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo” … (Marcos 12:31; Mateo 22:39; 1 Corintios 10:24).
Cuando olvidas esto, tu suegra, esa mujer, creada a imagen y semejanza de Dios, pierde valor ante tus ojos y caes en la trampa de creer que puedes desecharla. Eso deshonra a Dios. Necesitamos ver la imagen de Dios, en nuestra suegra, porque solo así comenzaremos a amarla como Dios manda.
Pero podrás decirme, ¡Salime, tú no conoces a mi suegra, me critica, mete cizaña en mi matrimonio, es una persona muy difícil, simplemente no puedo amarla porque siento que mi suegra es mi enemigo!
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen (Mateo 5:44). Lee también Levítico 19:18, Lucas 6:27 y Romanos 12:14, 20.
Siento mucho que tu relación con ella sea tan difícil. Como te dije, la relación con mi suegra no siempre fue fácil. De hecho, pasamos por diferentes etapas en donde teníamos que alejarnos. Pero temo decirte que la Biblia nunca me permitió no amarla. La Biblia no te exime de amar a tu suegra. Al contrario, la Biblia te ordena amarla, aun si ella te trata mal. Ahora, esto no quiere decir que no puedas poner límites o darle un rol que no es el que le corresponde. Pero siempre la postura de tu corazón debe ser de amor. “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré»,[a] dice el Señor. Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta». (Romanos 12:18-20)
Tal vez uno de los límites que tengas que poner para vivir en paz con ella es de distancia física. Sin embargo, tu corazón aun en ese momento debe ser de oración en amor por ella y en amor y obediencia a Dios. Tal vez tengas que tener alguna conversación difícil…de esas que te hacen un nudo en el estómago. Tu corazón en ese momento debe ser de amor por ella en amor y obediencia a Dios. Tal vez tengas que buscar consejo de un mediador o tengas que sentarte y junto con tu esposo idear un plan para acercarte cautelosamente. Tu corazón en ese momento debe ser de amor por ella en amor y obediencia a Dios. Porque aun cuando todo tu ser te pide que la ignores, la deseches y la odies, Dios te manda a amarla y a buscar su bien. Y aunque esto no va a ser fácil, el guardar a tu corazón de odio y llenarlo de amor por ella, va a ser bueno.
Hay muchos ejemplos de creyentes que han ido delante de nosotros que pueden ayudarte a navegar la relación con tu suegra. Hay gente en tu comunidad de fe que puede ayudarte a examinar tu corazón, a orar y a buscar maneras en las cuales honrar a tu suegra. Pero lo más importante será que en la fe que manda la obediencia, guardes tu corazón y aprendas a amar y a orar por tu suegra. Porque no amarla, de acuerdo a lo que dice la Biblia, no es opción.
Liliana González de Benítez es escritora y columnista cristiana. Su mayor gozo es proclamar la Palabra de Dios. Dirige el estudio bíblico de las mujeres en su iglesia y es autora del libro Dolorosa Bendición. Nacida en Venezuela. Vive en los Estados Unidos con su esposo y su hija. Puedes seguirla en sus redes sociales: Facebook, Instagram y en su blog.