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Por demás es que os levantéis de madrugada,
y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de
dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
S A L M O S 1 2 7 : 2

Todos conocemos lo que la frase «¡Apaga las luces!» quiere decir. La escuchamos en nuestras casas cuando éramos pequeños. La escuchamos en los campamentos o en vacaciones familiares. Incluso puede ser que algunos de nosotros la hayamos dicho alguna vez. «¡Apaga las luces!» tiene un significado que se entiende sin ser explicado. Significa «duérmete», «quédate quieto» o «descansa». De acuerdo con algunos padres, quiere decir «acuéstate y guarda silencio». Esta pequeña frase siempre se dice con cierto grado de autoridad. Se dice con el mismo tono de un mandato. ¿Por qué? ¿Por qué hay cierto tono de autoridad en algo que objetivamente debería ser algo bueno? Bueno, como todos sabemos, los niños se niegan a descansar.

Dormir es algo que ellos no necesariamente quieren que suceda. Sienten que se van a perder de cierta parte del día o que hay cierta aventura que sucederá mientras ellos descansan. Es una de las razones por las que dormir una siesta siempre es una orden o una negociación. Seamos relistas. Los niños no quieren dormir. Pero ¿somos nosotros diferentes?

Piénsalo por un momento. ¿Cuántos de nosotros trabajamos largas horas y seguimos despiertos un par de horas más solo para terminar el siguiente episodio?¿Cuántos de nosotros hemos dicho «sí» a algo cuando sabemos que ya tenemos demasiado por hacer? ¿Cuántos de nosotros hemos acordado pasar tiempo con amigos cuando sabemos que no hemos tenido siquiera el tiempo para recargar nuestras baterías? ¿Alguna vez has sentido que necesitas que alguien venga y te diga: «¡Apaga las luces!»? Ya sea que lo admitamos o no, muchas veces funcionamos hasta quedar sin energía. Estamos activos hasta que quedamos exhaustos y nuestros cuerpos y mentes se desgastan. No fuimos llamados a vivir de esta manera. Definitivamente debemos trabajar duro, pero también necesitamos descansar.

Esta no es una invitación a vivir una vida de pereza ni es una excusa para dormir cuando tenemos responsabilidades. En lugar de eso, es una oportunidad para experimentar el gozo que hay en descansar. Permite tener descanso día a día. No pases por alto el descanso por algo que no es importante. Encuentra maneras para descansar. Toma un momento para mirarte al espejo y decir: «¡Apaga las luces!». La persona que ves podría tener más necesidad de descanso de la que quisiera admitir. Dicho de una manera sencilla, trabaja duro. Alcanza grandes cosas, pero tómate el tiempo necesario para descansar tu mente, cuerpo y alma. Te sorprenderás del gozo que viene con esto.

SEÑOR, ESTOY MUY CANSADA. HAY TANTAS COSAS
QUE DEBO HACER, Y SIENTO QUE NO TENGO EL
TIEMPO PARA DESCANSAR. PADRE, DAME TIEMPO
PARA DESCANSAR. RECUÉRDAME ENCONTRAR ESE
TIEMPO Y PERMÍTEME DESCANSAR EN TI. AMÉN.


Un devocional de 100 días de gozo (B&H en Español)

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