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Vilma Mata de Méndez

La comunión y el compañerismo no son algo nuevo en nuestro mundo. Desde tiempos antiguos, la Biblia nos habla de la amistad y hermandad entre las mujeres, algunos ejemplos son, María y Elisabet; Noemi y su nuera Rut.

Las mujeres creadas a la imagen de Dios somos seres relacionales, nos encanta reunirnos con una amiga a charlar, a conversar, nos encanta contar a alguien que nos escuche, nuestros puntos de vista, los descubrimientos que hacemos, un gozo compartido es gozarse dos veces…hablar con nuestras hijas, madres, hermanas es una actividad esperada.

Cada una, seamos casadas o solteras nos deleitamos en tener amigas, y que sea una buena amiga. La Biblia nos habla de que hay amigos más unidos que un hermano. Entendemos que muchas veces a las mujeres no les gusta programar sus encuentros y reuniones, pues los afectos no se programan, pero hay un principio de beneficio en la organización y programación dentro del cuerpo de Cristo, donde Dios nos ha colocado.

¿Cómo sucede esto dentro de la familia de la fe? ¿Cuáles son los beneficios de contar con un ministerio de mujeres en la iglesia?

Hay un gran número de beneficios, aquí solo algunos de los más relevantes o destacados:

  • El mandato más claro y prioritario es que las mujeres mayores enseñen y entrenen por medio de estudios bíblicos y de la mentoría (Tito 2:3-5).
  • Hay un gran valor en ofrecer a la mujer, la oportunidad de relacionarse en la iglesia con otras mujeres centradas en la Palabra de Dios, sentarse alrededor o en torno a la Palabra es un gran regalo que pocas mujeres disfrutan.
  • Dar oportunidad a que las hermanas se relacionen. Hay amistades que se desarrollan dependiendo de necesidades e intereses específicos. Si en una amistad todo es contenido y enseñanza, se convertiría en algo académico. Y si enfatizamos solo las relaciones y actividades, conversaciones y opiniones se convertiría en algo mundano, social, espiritualmente anémico.  

Hay muchas buenas ideas y actividades divertidas para hacer, pero el foco es discipular y conversar en torno al estudio de la Palabra y la oración.

  • Se fortalece a las mujeres en amor y servicio a la iglesia. Así serían brazos de ayuda a los pastores donde cada hermana estaría colaborando a hacer la obra del ministerio.
  • Alcanzar a mujeres que no están envueltas en la iglesia. Es una buena excusa para invitar una vecina, o alguien que no es creyente a una de las reuniones del ministerio de mujeres. Y aun a aquellas hermanas que parecen un poco más distantes.
  • Entender, aplicar y abrazar los principios bíblicos de la femineidad en todos los aspectos de la vida. Hay diferencias entre los hombres y mujeres al estudiar la Biblia. Cuando la mujer es enseñada por otra mujer provee un medio para que surjan temas de mujeres que a veces por su naturaleza delicada y discreta se prefiere que sean tratados apropiadamente con cuidado por otra hermana.
  • Discipular mediante la mentoría piadosa de una a una, individualmente o en grupos pequeños, cuidando siempre de que el discipulado bíblico sea una mezcla balanceada de doctrina y práctica modelada, y que se enseñe en un contexto de compromiso, entre la mentora y aquella que recibe la mentoría.
  • Impartir cursos, clases, entrenamientos y equipamientos para completar la Gran comisión del discipulado: Id…haced discípulos… enseñándoles que guarden todo lo que les he mandado… Mateo 28:20.

Equipar intencionalmente a las mujeres mediante el estudio de la Palabra y a hacer discípulos. Equipar para toda buena obra. (2Ti.3:16-17).

  1. Qué regalo y bendición de Dios es habitar las hermanas juntas en armonía porque allí Él envía, bendición y vida eterna: construir amistad entre mujeres de diferentes edades y generaciones. El que tiene amigos ha de mostrarse amigo y amigo hay más unido que un hermano, nos dice Proverbios.
  2. Contar con un ministerio de mujeres en la iglesia local nos ayudará a abrazar la seguridad de la esperanza de nuestra identidad en Jesús. Nos beneficiaremos de reconocer que hemos sido creadas de manera única por Dios.

Isaías 42, 43:4 Eres preciosa a mis ojos, digna de honra, y yo te amo. No temas, mi sierva, mi escogida, en quien mi alma se complace.

  1. Nunca debe faltar en nuestras reuniones el edificarnos unas a las otras por medio de la oración, estudio y aplicación de la Palabra, la adoración, intercesión unas por otras.
  2. Es un regalo del Señor a la iglesia local cuando las mujeres mayores son de ejemplo a las mas jóvenes en conducta, carácter y Palabra. (1ª P. 3: 1-6).
  3. La multiplicación de mujeres que ejemplifiquen la femineidad bíblica es uno de los beneficios inmediatos que recibimos al tener un ministerio de mujeres en nuestra iglesia (Tito 2:3-4).
  4. Ver mujeres en diferentes etapas de la vida (solteras, recién casadas, madres jóvenes, con nidos vacíos, etc.) nos hace sentir identificadas dependiendo de nuestra situación, nos vemos representadas, no nos sentimos aisladas, al reunirnos con otras hermanas que se parecen y están compartiendo la misma etapa de la vida que nosotras. Así nos daremos, soporte y apoyo en oración y en consejo, en la etapa en que nos encontremos.
  5. Cada hermana es miembro del cuerpo de Cristo. Él nos ha dado dones a cada una y en la comunidad se puede ver y mostrar la diversidad de éstos, al ayudarnos y servirnos las unas a las otras.

Flp. 2:3: Cada un[a] considere a la otra como más importante que sí misma.

  • Cuando nos reunimos mujeres solas a estudiar la Palabra, podemos estudiar más a fondo, tocando temas que son única y exclusivamente femeninos con currículos, libros, recursos y artículos aprobados previamente por los pastores y lideres de la iglesia local.

Vilma es arquitecta, consejera, coach de mujeres, maestra de estudios bíblicos, esposa de Luis Méndez, madre de cinco: tres hijos y dos yernos. Estudió Fundamentos de Teología en Bethlehem Baptist Church. Es miembro certificado de coach para mujeres de la American Association Christian Counselor. Estudió Consejería Bíblica en Faith Biblical Counseling. Formó parte del liderato de ministerio de mujeres de Bethlehem Baptist Church en Minneapolis, Minnesota donde enseñó estudios bíblicos, bajo el pastor John Piper y Jason Meyer. Actualmente sirve en el Equipamiento y Entrenamiento en Consejería Bíblica junto a su esposo Luis Méndez. Es asesora externa para el Ministerio EZER de la Iglesia Bautista Internacional, bajo su pastor Miguel Núñez.

2 Comments

  • Francisca Gonzalez dice:

    Exelente, me gustaría aprender más de la palabra con ustedes. Bendiciones

  • Ester Ramírez dice:

    Necesito ayuda con el ministerio de mujeres en mi iglesia. Me interesa tal y como ustedes lo plantean, es decir, un ministerio que atienda a mujeres de toda situación (casadas, solteras, madres solteras, mujeres cuyos esposos han migrado, viudas jóvenes, etc).

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