Skip to main content

Pasaje devocional: Santiago 1:13-15

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. Santiago 1:13

Hay componentes químicos en ciertos productos de limpieza para automóviles que son eficientes al aplicarlos adecuadamente, pero si se emplean en materiales no indicados, los dañan. De modo que tiene que haber correspondencia entre el género del agente y la naturaleza del recipiente. Asimismo, las tentaciones no son agentes que afecten la naturaleza divina, pues no podemos circunscribir a Dios dentro de la demarcación humana y maldita. Dios no ha llegado a la perfección después de procesos. Él es Dios y no hay más. La tentación, la maldad, la corrupción y la degeneración son esferas de nuestra naturaleza humana, carnal y pecadora.

Yo estaba preso cerca de un poblado que llamaban Kilo y medio. Todos los días celebraba pequeños cultos de estudio bíblico detrás de la montaña de madera que se usaba para sacar leña para la cocina. Un domingo uno de los más devotos participantes nos había dado 6 horas de pase a los que tuvimos buena actitud ante el trabajo durante la semana. Me di un buen baño, me puse mi gorra nueva y salí a caminar hacia el pueblo. Había un solo restaurante y a la hora del almuerzo me senté a una mesita y me sorprendí cuando vi al participante fiel allí. Los colores le iban y venían, todo porque se estaba tomando una cerveza. Le dije: “Hermano, no importa que yo te vea, si te sientes bien haciéndolo delante de Dios, no sientas pena conmigo, es al Señor a quien tenemos que dar cuentas”.

Hay una bendición especial en sobreponerse a la tentación, Dios te capacita para seguir resistiendo al maligno, y junto con la tentación que te sorprende Él te da la salida. Todos estamos expuestos a las tentaciones o por seducción, o por debilidades, o por descuidos, o por ignorancia, o por simplemente darle lugar al diablo. Pero estar expuestos no excusa que caigamos en ninguna tentación. Así como nuestro modelo Jesús venció al tentador, nosotros por Él podemos ser más que vencedores.

Padre Bendito, ayúdame a vencer a Satanás hoy, en el nombre de Cristo. Amén.

Un devocional de Revista Quietud

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close