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[PASAJE DEVOCIONAL: MATEO 6:5­8]

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. (Mat. 6:8)

Al hombre contemporáneo le importan las apariencias. Nos gusta ver y ser vistas. Nos gusta ver lo que otros usan, lo que hacen y con quién andan. Y más nos encanta ser vistas en el lugar correcto con la compañía correcta. El colmo es que a veces hacemos ciertas cosas simplemente para aparentar ser mejores de lo que realmente somos.

Aun en asuntos de religión nos gusta aparentar. Un hermano versado en asuntos de encuestas populares nos hacía ver un triste hecho. Cuando los encuestadores preguntan a la gente con qué frecuencia van a la iglesia, la gente responde hacerlo con más frecuencia de lo que realmente van.

Al comparar las respuestas de la gente con la asistencia real a las iglesias que decían ir, los entrevistadores comprobaron que las personas están dispuestas a mentir, para dejar la impresión de que son más religiosas de lo que realmente son.

Jesús entiende bien el corazón humano. En Mateo 6, al hablar sobre la oración y el ayuno, Jesús podía ver que nos importa que la gente piense que somos muy piadosos, lo seamos o no. Por ello, nos advirtió que no tratáramos de orar para ser vistos por los hombres. También nos dice que Dios rechaza la oración que se alarga con vanas repeticiones.

Jesús igualó esas oraciones a las oraciones de los paganos. Dios nos asegura que tales oraciones no encontrarán respuesta favorable de Su parte. Sin embargo, Jesús no rechaza la oración sincera. Él enseñó a Sus discípulos a orar expresando su admiración por Dios y sus necesidades. Está bien orar pidiendo por alguna necesidad o por la sanidad.

Algunos se preguntan: ¿por qué es necesario pedir si Dios ya sabe lo que necesitamos? La respuesta es sencilla: no pedimos para «informarle a Dios lo que Él ignora», sino para «expresar nuestra fe y afirmar nuestra confianza en Su amor por nosotros». Aunque Dios sabe lo que tú necesitas, Él te anima a pedir humildemente Sus bendiciones. Tu oración hace crecer tu fe.

Expresa hoy tus peticiones a Dios, y dale gracias
porque Él recibe las oraciones que salen
de un corazón sencillo.

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