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Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos. —RVR1960

2 TIMOTEO 2:24

He tenido la oportunidad de viajar en el metro en diferentes países.
En dos de ellos he experimentado el gesto amable de los caballeros al cederme su asiento: en Francia y en Inglaterra. La sensación de recibir un gesto amable es agradable y sobrecogedora. Te hace sentir especial.

La palabra amabilidad proviene del latín amare que significa «amar». El sufijo «idad» indica que es una cualidad. Así que al hablar de amabilidad estamos aludiendo al amor. Una persona amable expresa amor con sus acciones. La Biblia dice que no seamos contenciosas sino amables. Resalta el contraste de la amabilidad como una actitud positiva frente a la actitud negativa de tener un espíritu con tendencia a la pelea.

Cuando Jesús vivió en la tierra fue una persona amable con todos y también con las mujeres. En una ocasión le trajeron a una mujer adúltera buscando apedrearla por su pecado. Sin embargo Jesús hizo darse cuenta a los demás que todos cometemos faltas. Y a ella le dijo: «Ni yo te condeno, vete y no peques más».

Así como Jesús perdona nuestras faltas, nosotros podemos mostrar amor con nuestras actitudes a los demás, aun cuando hacen cosas incorrectas. Recuerda lo especial que te has sentido cuando alguien ha sido amable contigo y hazte el propósito de hacerle sentir lo mismo a las demás personas. (MG)

He aprendido que la gente puede olvidar lo que le dijiste, puede olvidar lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir.

MAYA ANGELOU

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).

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