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Compartiendo la vida con quien no comparte la fe

Por Michelle Medlock Adams

Laura pone una Biblia de Estudio para hombres en la mesilla de noche de su esposo, pone un disco en su reproductor de CD y coloca en la hielera un aviso de un picnic familiar en la iglesia. Está determinada a ganar a Tim para el Señor. Pero cuando él responde diciendo: “¡Laura deja ya de meterme tu religión por los ojos!” Ella se pregunta en secreto si él alguna vez compartirá su fe. Si usted está viviendo en un escenario semejante a éste, debe saber esto: No es su tarea salvar a su esposo.

“Cristo Jesús murió por él, y solo Él puede salvarle”, dice Will Davis, hijo, autor del libro Pray Big for Your Marriage (Revell Books). “Esa es la tarea de Cristo, no la suya”.

Pero eso no quiere decir que usted no tiene nada que hacer. Sí, usted todavía tiene una tarea.

ORE POR LAS PROMESAS

Mitch Temple, director de los programas de matrimonio de Focus on the Family y autor del libro The Marriage Turnaround (Moody), nos ofrece este excelente modelo de oración:

Ore pidiendo ser el puente entre Dios y su esposo y no una barrera. Ore pidiendo que Dios purifique su corazón y guíe su comportamiento de forma que usted sea una luz que su esposo quiera seguir. Ore para que el corazón de su esposo se ablande para que cuando la semilla del evangelio caiga en él, dé fruto (Lc. 8.15).

VIVA EL AMOR

Por supuesto, solo porque usted esté bombardeando al cielo con oraciones por su esposo, eso no quiere decir que él vaya a ser cada vez más dócil en su camino hacia la fe. En realidad, según nos dice Davis, puede que él se torne más irritable mientras el Espíritu obra en su corazón.

“A menudo sucede que las cosas empeoran antes de mejorar”, admite Davis. “Se requiere tiempo, de manera que sea paciente. No le niegue su amor o sus favores. Y no espere que su esposo actúe como un cristiano cuando no lo es”.

Temple está de acuerdo. “Trate a su esposo como lo haría si él fuera un cristiano”, dice él. ‘Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa’ (Ef. 5.22-23). Eso no quiere decir que el creyente debe comprometer la verdad de Dios; solo significa que va a mostrar el mismo honor y respeto que Cristo muestra por los no creyentes (Juan 4)”. Y agrega que es crucial vivir el amor, demostrando el mensaje de Cristo día a día.

NO SE RINDA

Steve apreció que Shena no le forzara a ir con ella al templo o le diera un ultimátum de “Si no te haces cristiano no voy a seguir casada contigo”. Y él admite que esa táctica no habría funcionado con él y probablemente tampoco habría funcionado con otros esposos no creyentes.

“Ella habría conseguido cierta conformidad para mantener la paz, pero si alguien puede convencerte de algo, otro puede convencerte de lo contrario”, explica Steve. “Tiene que ser dirigido por el Espíritu Santo: ser sincero y decir “Lo siento” si ha cometido un error, aun cuando es culpable de solo el 10 por ciento de lo sucedido. Muchas oraciones y un caminar diario con el Señor son las mejores cosas que Shena hizo”.

Nueve años y dos hijos más tarde, Shena puede dar testimonio de que sus oraciones y expresiones de amor funcionaron con Steve. Ellos siguen felizmente casados y son un gran testimonio de cómo llegar a ser una pareja espiritualmente iguales.

“Aparte del día cuando nacieron nuestros hijos y del día de nuestra boda, la fecha más especial para mí es el día cuando Steve fue ordenado diácono de nuestra iglesia”, dice Shena. “Él me pidió que yo cantara en el servicio de ordenación el himno ‘You Were There’.

Ese canto significa mucho para nosotros. Es la historia de cómo Dios estaba allí antes de que Jesús naciera y cuando Jesús estaba en la cruz por amor a nosotros. Pero ese himno es también la forma de Steve de decirme que yo también estaba allí cuando él no era un hijo de Dios”.

“Yo nunca pensé que abandonar a mi esposo era una opción”, dice Shena.

Michelle Medlock Adams es una periodista muy reconocida y autora de 43 libros, incluyendo su último libro para niños titulado Counting Cows (Candy-Cane Press). Está casada con Jeff, el hombre del que se enamoró en la escuela secundaria, y son los padres orgullosos de dos hijas adolescentes.

 

3 Comments

  • Nancy Angarita dice:

    Hola buenos dias…Soy colombiana vivo hace 15 años con mi pareja…Soy cristiana pero el no…a sido bastante dificil pero creyendo que Dios hará en mi esposo un hombre creyente…No somos casados pero HAY UNA PROMESA DE PARTE DE DIOS que nos casariamos y yo lo creo…tenemos una hija de 8años a sido un milagro ya que no podiamos quedar embarazados…pero Dios tenia todo preparado…Este mensaje que hoy lei de espiritualmente desiguales me a tocado bastante ya que me a dado la sfuerzas para seguir orando por el…en estos momentos estamos pasando un proceso fuerte financiero pero yo parada en l brecha para ver cumplidas las promesas de papa en nuestras vidas…hogar y familia…Dios les bendiga…Bendiciones

  • Liz dice:

    Hay algún libro sobre este tema?? Cuando el esposo no es cristiano ?

  • Maricarmen dice:

    Hola! Me pudieras dar más información sobre el libro que se menciona por favor? Muchas gracias

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