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PASAJE DEVOCIONAL: SALMOS 33:13-20

El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza. (SAL. 33:16)

Desde que apareció el carro tirado por caballos para la guerra, hasta los misiles teledirigidos, las superpotencias han sido derrotadas tanto por estrategias novedosas como por las traiciones. No basta con estar armadas o ser fuertes. Por el año 1958, una gran zona montañosa de Cuba estaba dominada por rebeldes que no tenían ley, ni piedad. Clodoardo era un estudiante del Seminario que atendía una iglesia en aquella zona y periódicamente tenía que viajar a Santiago para tomar clases. En una ocasión que regresaba a su campo misionero muy contento, a plena luz del día, le tendieron una emboscada. Él venía solo y desarmado, solo llevaba una Biblia y un libro de texto. Alrededor de él aparecieron unos quince jóvenes soldados rebeldes que lo encañonaron con armas largas. Lo acusaron de ser un delator ante las autoridades del gobierno y dijeron tener orden de matarlo. Clodoardo alegó que él solo de rodillas tenía más poder que todos ellos. Dicho esto, soltó los libros y se puso a orar de rodillas en voz alta. Cuando terminó la oración abrió los ojos y estaba solo. El Espíritu de Dios los disuadió de perpetrar el crimen.

El que está en nosotras es más poderoso que el que está en el mundo. Ni el jefe de gobierno, ni el mayor de los ejércitos, ni el más fuerte entre los poderosos, puede superar el poder del Espíritu de Dios. El Señor cuida a los que le temen, y en época de hambre los mantiene con vida. Es admirable ver que al que confía en Dios, no le falta el poder para actuar conforme a Su voluntad, ni le faltan los recursos para subsistir, no es que tenga abundancia, ni que se destaque por su propio poder, sino que no carece de lo que es necesario, y que nada se puede armar en su contra que finalmente prevalezca. Jesús declaró: «No temáis, manada pequeña, que a vuestro Padre celestial le ha placido daros el reino» (Luc. 12:32). Hoy tenemos libertad para servirle con todas nuestras fuerzas. Lo importante es que todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho, lo hagamos en el nombre de Cristo (Col. 3:17).

Dale gracias a Dios porque Su Espíritu Santo vive en nosotras.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)

One Comment

  • Helem dice:

    Amén, el Cristo somos más que vencedores. El es mi fortaleza y roca fuerte. Gracias Señor Jesucristo, porque junto con la promesa de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, nada nos podrá hacer frente.

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