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Por Bredka Llanes 

La gente de Dios, todos aquellos que hemos sido redimidos, aquellos que hemos gustado de la gracia salvadora, debemos ser personas que viven en constante agradecimiento. Entender que lo más grande que tenemos no lo ganamos ni lo merecemos llena el corazón de asombro y agradecimiento. Saber que no tendremos que enfrentarnos frente a un Dios santo sin un abogado, pone en perspectiva las cosas terrenales. Cada situación la podemos enfrentar en agradecimiento, pues merecíamos el infierno y no lo conoceremos pues Cristo pagó nuestras deudas. Sin corazón agradecido no hay boca que agradece. 

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.  
Lucas 6:45

Pablo nos dice que aprendió a estar contento, el contentamiento y la gratitud son amigas que siempre están de la mano. Así que cultivando contentamiento creceremos en agradecimiento.

No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Filipenses 4:11-12

Ninguna de nosotras podemos decir que somos lo suficientemente agradecidas, nuestras bendiciones continuas superan nuestras palabras. Afortunadamente el corazón y la lengua pueden por gracia y entrenados en la Palabra de Dios, convertirse en fuente de: acciones de gracias. Podemos entrenarnos a reconocer las bondades constantes de Dios y reconocer la obra y gracia de Dios en otros.  

Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

Salmo 107:31

Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.
Hebreos 12:28

La gratitud nos libera de pensar en nosotros mismos, porque estaremos pensando en Dios y en otros. Uno de los sitios donde encontramos más fácilmente queja en lugar de agradecimiento es nuestra casa, y simplemente porque es ahí donde pasamos más tiempo y donde la abundancia de nuestro corazón está más expuesta. Pero esta realidad en gracia puede cambiar y nuestro hogar puede ser un cultivo de acción de gracias constante.

Si eres casada empieza siendo intencional en buscar y reconocer habilidades, actitudes y bondades de tu esposo. Cuando las identifiques deliberadamente y sin reservas agradécele a Dios y a él.   

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Colosenses 3:17-18

¿Habías notado que estos dos versículos están juntos? Algunas de nuestras Biblias tienen subtítulos y a veces esto no nos permite resaltar la conexión de los versículos en las cartas, porque en realidad fueron escritas como cartas.

Hablar y hacer en el nombre del Señor con un corazón agradecido nos ayudará a ser mujeres que se sujetan como convienen en el Señor.

Si agradecerle a tu esposo no es un hábito en ti, empieza considerando que cada día terminarás reconociendo y agradeciendo algo. Como el hábito de lavarte los dientes antes de acostarte, empieza el hábito de agradecerle verbalmente a tu esposo por algo. Al hacer esto lo estarás honrando. Le estarás dando respeto, que es la energía del corazón que los varones necesitan, porque así los diseñó Dios.   

Algunos ejemplo e ideas:

Trabaja

Es esforzado

Provee

Te hace reír

Es detallista 

Hizo algo hoy por ti

Te ayudo en algo en casa

Te trajo corrección

Te dio dirección

Te protegió 

Te escuchó

Fue amable o generoso con alguien

Si tu piensas que no hay nada que agradecerle, el problema está en ti y no en él. Debo decirte que tú corazón ha desarrollado raíces de amargura, porque no existe ninguna sola persona que no tenga algo (aunque sea pequeñito) que se le pueda agradecer. Observa como aun pablo agradece por los de la iglesia de Corinto, a pesar que era una iglesia llena de problemas y pecados.

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús. 
1 Corintios 1:4

Una vez que este hábito está establecido en ti, podrás seguir creciendo. Ya no solamente al acostarse sino reconociendo más acciones y actitudes durante el día para agradecerle. Cuando las mujeres cultivamos un corazón agradecido hacia nuestros esposos, también genera una tierra más fértil cuando tengamos que apuntar a la corrección. Tristemente algunas cultivan el proceso al revés, la boca y el corazón está entrenados a buscar las fallas los errores y pecados y por está razón será más difícil ser escuchadas en cuestiones importantes que contribuyan a su santificación.  

Cuando tu modelas agradecimiento, enseñas con el ejemplo y tus hijos aprenderán por experiencia lo que es el corazón agradecido.

Es importante que también seas agradecida con tus hijos. Que reconozcas sus actitudes y bondades. Que agradezcas a Dios en voz alta por ellos y la obra de Dios que ves en ellos.

Si estás soltera, no te excluye de cultivar un corazón agradecido en casa.  De hecho, si empiezas reconociendo las bondades y bendiciones que Dios te da por medio de tus padres y de la gente que te rodea, será más fácil crecer en esto sea que Dios tenga o no para ti el matrimonio. 

Da gracias por los demás y las bendiciones de otros independientemente de tu estado civil.

…dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 
Efesios 5:20


Bredka, es una esposa y mamá ordinaria que vive asombrada por la gracia de Dios. Le apasiona leer, estudiar, meditar y enseñar la Biblia. Radica en la Ciudad de México y junto con su familia son miembros de la Iglesia Semilla de Mostaza, Santa Mónica. Colabora como editora para este blog.

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