Por Aixa de López
El grupo fue aumentando poco a poco después de compartir el desayuno. Ya con las panzas llenas, ahora llenaban las bancas del santuario. Platicaban sonrientes y unos minutos después nos unimos, poniéndonos en pie, y cantamos lo que -ruego- todas hayan, comenzado a comprender: ¡Dios es fiel!
En los pasados meses, sin planificarlo, he estado caminando de cerca con 3 mujeres que atraviesan el dolor del llamado “abuso doméstico” y sé decir, hoy más que nunca, que las que valientemente atraviesan el umbral de nuestras puertas para seguir buscando al Señor, levantan sus voces con otra sed y otro entendimiento de lo que significa cantarle a Dios “eres fiel”… “eres amor”… “eres bueno”. En ese momento me conmovió pensar en cuántas allí levantaban las manos y cantaban con un nudo en la garganta mientras expresaban el carácter del Dios que no cambia. Todo, mientras viven rodeadas de palabras y acciones hostiles que muestran tanta de la maldad que aún permanece en la raza humana, cantan diciendo Quién Dios ES y siempre ha sido, en medio de caminar a diario entre cáscaras de huevos o un campo minado, con un compañero del cual no pueden depender y que hasta han tenido que aprender a temer. Todo eso es tan distinto a quien nuestro Señor es…
Somos dichosos de no poder tener imágenes del físico de Jesús, porque a través de las palabras hilvanadas en la Biblia, podemos enfocarnos en cómo vive, ama y caminó sobre esta tierra Jesús.
El Dios que se vistió de carne y hueso, quién sabe hablar todos los idiomas, incluyendo los angelicales, tocó con intención cuidadosa, con dulzura y delicadeza a quienes el mundo consideraba indeseables o molestos: los niños, las viudas afligidas, los enfermos… El que conoce todos los misterios más profundos del universo, porque los formó con sus propias palabras nos dice “no temas, yo te conozco, te llamo por nombre, mío eres”. El dueño del oro, la plata y todo lo más hermoso que existe sobre la tierra renunció a su título real para dar su vida en intercambio por los que estábamos destituidos de la gloria de Su Padre.
Jesús jamás ha perdido la paciencia y escucha con la misma atención a la petición que le venimos haciendo desde hace años, no responde con grosería cuando insistimos en no entender. Jesús siendo el más grande y poderoso del Reino de los cielos, jamás ha puesto su comodidad o capricho por encima de los demás. Jesús reflejó y refleja perfectamente el carácter del Padre porque Su gloria es verdaderamente servir. Es impresionante… pero escoge no recordar nuestras culpas, aunque es el único que tendría razón de tenernos asco por saber hasta lo que pensamos. No nos rechaza, se acerca para lavarnos. Jesús no nos permite permanecer en el error de creer que podemos sin Él y se regocija cada vez que traemos a la luz nuestro pecado y le pedimos ayuda con humildad. Nos perdona. Todo lo soportó, porque tenía la certeza de lo que vendría: su resurrección, coronación y regreso. Jesús es el amor en carne y hueso y Jesús jamás se extinguirá. Un día, pronto, lo veremos.
Aixa de López, nacida y establecida en la ciudad de Guatemala. Esposa del pastor Alex López desde el año 2000 y madre de Ana Isabel, Juan Marcos, Evy y Darly Alejandra; 2 por biología, 2 por adopción, todos por gracia y ninguno como plan B. Puedes seguirla en Facebook, Twitter y en su Blog.