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[Un ministerio contracultura]

Sarah Jerez

A través de toda la Biblia podemos ver que Dios tiene en alta estima el rol de madre. Él lo considera como un rol de gran honor. Aunque Dios es Padre, en la Escritura Él usa imágenes maternales para referirse a sí mismo (Isa. 66:13).

En la fundación del mundo, Dios creó a la mujer, sacándola del costado de Adán y dijo que ella sería «ayuda idónea» para él (Gén. 2:18-23) y es llamada «madre de todos los seres vivientes» (Gén. 3:20). La mujer tendría un rol esencial en el orden de la creación. Todas seríamos madres —mujeres que crean y nutren vida—.

Aunque el diseño de Dios para la mujer era perfecto y bueno, entró el pecado en escena y tuvo efectos devastadores: Y pondré enemistad entre tú [la serpiente] y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar. A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti (Gén. 3:15-16).

La guerra quedó declarada. Satanás estaría en guerra contra la mujer y su simiente —en última instancia contra el hijo de María, Jesucristo—. La maternidad se convertiría en algo doloroso, desde la concepción hasta la muerte. Pero Dios en Su gran misericordia y de acuerdo con Su gran plan de redención, a través de la misma mujer por la cual entró el pecado al mundo —de su simiente— salvaría al mundo.

Pero la guerra aún no ha terminado. Muchas generaciones más tarde todavía estamos peleando la batalla contra la serpiente. Obtuvimos la victoria final en Jesucristo, pero Satanás todavía busca socavar el plan de Dios. De manera evidente en nuestros días vemos cómo la maternidad está siendo atacada. Satanás ha permeado la sociedad con mentiras acerca de las madres y los niños porque él conoce el valor que ellos tienen para el reino de Dios.

El feminismo ha vendido la mentira de que la mujer debe buscar hacer solo lo que le da satisfacción y plenitud instantánea, que la maternidad es un sacrificio innecesario y que ella debe buscar su valor en logros fuera del hogar.

El mensaje prevalente en la sociedad es que los niños son un inconveniente y ser madre es un obstáculo para ocupaciones mayores y más satisfactorias. Las que sí han abrazado el rol de madre lo hacen como les parece más conveniente, con frecuencia sacrificando a sus hijos y familias en el altar del éxito a la manera del mundo.

¿Cómo podemos hacer avanzar la obra de Dios cuando estamos bajo la influencia del mundo y vivimos nuestras vidas enfocadas en metas vanas? Es tan fácil ser engañadas por el enemigo, ser envueltas en las formas y cosmovisión del mundo. Satanás nos quiere distraer de la misión sagrada que nos fue encomendada.

Abrazar la maternidad bíblica es ir directamente en contra de la cultura y de nuestra propia naturaleza pecaminosa y egocéntrica. Tenemos que rechazar las mentiras del mundo, rendir nuestras opiniones personales acerca de la feminidad y la maternidad, y abrazar la visión de Dios sobre ellas.

Un fragmento del libro Mujer verdadera: el maravilloso diseño de Dios para ti (B&H Español)

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