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La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy
a ustedes como la da el mundo… —NVI
JUAN 14:27

E l concepto de la paz inspira a muchos artistas. Todos conocemos alguna canción que protesta ante la guerra o clama por paz en nuestro mundo violento. Los pintores también gritan un mensaje sin palabras, en obras como Guernica de Picasso. Otro cuadro suyo, alegre y lleno de ilusión, retrata la paloma de la paz, el símbolo más conocido de ese valor tan deseado.

Lo interesante: tiene su origen en la historia bíblica de Noé, y representa la reconciliación entre Dios y el hombre. La mayoría dirá que «paz» es la ausencia de conflictos o de ansiedad, tal vez por alejarse de la ciudad, del trabajo o de personas difíciles.

Anhelamos ir al campo o a la playa para que descanse nuestro espíritu.

Pero la paz que promete Jesús es diferente: aun en medio de situaciones que nos podrían alterar, ¡nos permite descansar en Él! Esa paz es pariente de la confianza y la esperanza que vienen desde arriba.

¿Te cuesta estar tranquila cuando tu hermanito te molesta o tus papás no te dan permiso de ir a algún convivio? ¿No duermes bien por la preocupación antes de un examen? ¿Te muerdes las uñas por la falta de fondos para estudiar una carrera? Recuerda: Jesús te ofrece una paz mayor que cualquiera. ¡Recíbela! (MHM)

Es la paz que el mundo no entiende; para
ti, recíbelo, mi paz te doy a ti.

KEITH ROUTLEDGE


Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)

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