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Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,
como para el Señor y no para los hombres.
CO LO S E N S E S 3:2 3

Hay muchos «primeros trabajos» que ya no existen como antes. Antes de cumplir los 16 años, los niños tenían diversas oportunidades para ganar dinero antes de llegar a la edad de conseguir un trabajo formal. Podías ver a niños de trece años trabajando en las granjas o a algunos adolescentes cortando el césped, pero a unos pocos seleccionados les encargaban la responsabilidad en todo el país de repartir periódicos en rutas específicas.

Los niños de todo el país se presentaban en las imprentas, recogían tantos periódicos como podían, se subían a sus bicicletas y repartían los periódicos en los porches, en los buzones y en las entradas de las casas en varios vecindarios por toda la ciudad. Después de eso, los niños volvían por más periódicos o regresaban a recibir el pago por su trabajo. Ya que la impresión de periódicos ha comenzado a disminuir en la sociedad, también lo han hecho las rutas de periódico, lo cual es triste.

Es triste por un par de razones. Primero, los adolescentes pierden la chance de ganar algo de dinero para ahorrar para un carro, sus salidas o incluso para la universidad, pero hay una razón incluso más grande de por qué la desaparición de estas oportunidades de trabajo es tan triste. El hecho es que estos trabajos han enseñado lecciones que parecen haberse perdido en nuestra sociedad. Estos trabajos demostraban la importancia de estar preparado. Enseñaban por qué es tan importante no permitir que el día se te escape. Las rutas de entrega de periódico, sobre todo, enseñaban el gozo que viene de un arduo día de trabajo a una edad temprana.

Muchas personas no descubren ese gozo hasta que van a la universidad. Pueden tener un atisbo de ese tipo de gozo cuando llevan a cabo proyectos grandes en la escuela o son parte de un equipo que ha entrenado duro, pero no hay nada como un día de trabajo arduo y el disfrute de los beneficios de ese trabajo. Así que, ¿cómo podemos enseñar esas lecciones hoy en día? ¿Cómo revivimos el gozo del trabajo arduo?

Bueno, lo primero que podemos hacer es considerar el trabajo como un gozo y no como una carga. Poder trabajar reconoce los dones y las habilidades que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros. Un largo día de trabajo es gozo porque ha sido invertido usando los dones que Dios te ha dado. De la misma manera en la que Dios bendice a los niños con energía y persistencia para andar en bicicleta a través de la ciudad y entregar periódicos, Dios te ha dado talentos especiales para sobrellevar el día y tener gozo en saber que el día fue invertido usando esos talentos.

SEÑOR, GRACIAS POR EL TRABAJO. SÉ QUE
ALGUNAS VECES VEO MI TRABAJO COMO SI FUERA
UNA CARGA. PERMÍTEME RECONOCER MIS DONES
Y AYÚDAME A USAR ESOS DONES CADA DÍA EN
EL TRABAJO QUE TÚ ME HAS DADO. AMÉN.


Un devocional de 100 días de gozo (B&H Español)

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