El descanso que solo se encuentra en la soberanía de Dios
Por Isabel Andrickson
El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra (Sal. 50:23, énfasis añadido). No se trata de un ritual, ni de religiosidad, tampoco de adoptar poses, sino de adorar a Dios a pesar de las circunstancias. Las quejas que cultivamos en nuestros corazones solo revelan nuestra insatisfacción con Su orquestación; desconfianza de Su amor por ti, orgullo e ingratitud.
Si hoy no estás contenta con tu soltería, mañana con el esposo tampoco lo estarás. Todos son cisternas rotas que no retienen agua (Jer. 2), y necesitan ir a la Fuente de Agua Viva. Las quejas e ingratitud de hoy por la soltería, serán las de mañana por el matrimonio.
Pon los ojos en quien sí tienes, que nunca te dejará (Heb. 13:5) y prometió suplir todas tus necesidades (Fil. 4:19); evita exponerte a películas, canciones, lecturas que quiten tu mirada de Cristo. No solo penetran nuestra mente, sino también el corazón. Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida (Prov. 4:23).
Solo Dios sabe los planes que tiene para tu vida en este mundo. Ya sea que te cases o no, Sus planes siempre serán para tu bien. No sé tú, pero yo no quiero perderme lo mejor de Dios para mí, ya sea que me case o no. Lo mejor ya me lo dio en la cruz.
En la resurrección, no se darán en casamiento, dijo Jesús. Pero sí habrá una gran boda, las Bodas del Cordero donde todas estamos convidadas. Cada etapa de tu vida forma parte de los preparativos de esa boda, la tuya. ¡Disfruta la organización de tu boda!
No puedo imaginarme haber permanecido sentada en aquel «banco de la estación» esperando a quien no ha llegado, desperdiciando mi soltería, no aprovechando bien el tiempo, perdiendo oportunidades de conocer, servir y amar más a mi Amado y de unirme a Su obra.
Dios quiere que usemos todos los problemas (¡y circunstancias!), provengan de donde provengan y sean de la naturaleza que sean, para conformarnos a la imagen de Su Hijo. Nuestra semejanza al Novio es el fin último de los preparativos de nuestra boda (Rom. 8:28-29).
Te regalo estas palabras de Charles Spurgeon para los días tristes de soledad: Si cualquier otra condición fuera mejor para ti que aquella donde estás ahora, el amor divino te hubiera colocado allí. No tengas miedo, confía en el corazón de tu Padre celestial.
Un fragmento del libro Mujer verdadera (B&H Español)
En la situación o circunstancias en que me encuentre, agradecer y agradar a Dios por todos los días de mi vida. Disfrutar mi tiempo con Dios que es mi promesa.