Perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. —NTV

EFESIOS 4:32

El 17 de febrero de 2000, el entonces presidente de Alemania, Johannes Rau, pidió ante el Parlamento de Israel perdón por la responsabilidad de su país en la muerte de seis millones de judíos durante el gobierno nazi. ¿Pero cómo pueden unas palabras borrar el genocidio y las atrocidades cometidas? Sin embargo, lo que Dios nos manda es perdonar, sin importar las circunstancias.

Suena casi imposible. Cuando en verdad te han herido, quizá las palabras no alcanzan para pedir perdón ni para otorgarlo. ¿Y qué es más difícil: pedir perdón o concederlo? Como seres humanos no podemos lograr ni lo uno ni lo otro, pero cuando Jesús vive en nuestras vidas lo podemos conseguir.

Dios nos pide que perdonemos como Él lo ha hecho. Él, por medio de Jesús, nos ha perdonado y reconciliado. Se ha olvidado de nuestros pecados; los ha echado al fondo del mar. No se la pasa recordándonos nuestras deficiencias pasadas, sino que nos invita a seguir adelante.

Si has fallado, pide perdón. Trágate tu orgullo y reconoce tu falta. Si alguien te pide perdón, concédelo con sinceridad.

Conocí a un fiel siervo de Dios que perdonó al hombre que atropelló a su hijita. Supongo que no fue fácil, ya que la niña murió debido al accidente, pero él dice que al perdonar se sintió libre, y más aún, al perdonar, el hombre asesino creyó en Jesús. (KOH)

Solo los espíritus valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca; no está en su naturaleza.

LAWRENCE STERNE

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).