Por Verónica Rodas
(Pr. 31:13)
Conocer la conducta de esta mujer nos enriquece. Saber qué hacía y cómo aplicaba sus capacidades en sus tareas diarias, es beneficioso para nuestra alma. Ella desarrolló cada una de sus actividades con voluntad y nosotras podemos hacerlo también.
Proverbios 31:13 “Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos”.
Lana: La lana referida en este versículo, se esquilaba de la oveja que se usaba para fabricar abrigos o tela.
Lino: El lino es una planta fibrosa que se utiliza para hilar. Del lino se pueden fabricar telas para hacer ropa, cinturones, lienzos gruesos, velas para barcos y finas bufandas.
Ella trabaja con sus manos. Se toma tiempo para hacerlo “y con voluntad trabaja” (Pr 31:13). La palabra “voluntad” significa deleitarse o tener placer. Realiza sus trabajos con satisfacción y gozo, se esfuerza. Ella trabaja feliz.
Esto nos muestra cómo nosotras debemos trabajar para nuestra familia: Con voluntad, con placer, con agrado.
El ejemplo de Dorcas
En Hechos 9:36-42 se nos cuenta de Dorcas. Es descrita como una mujer que abundaba en buenas obras. Servia a Dios ayudando a las viudas y necesitados a su alrededor. Pero ella enfermo y murió. Pedro estaba cerca de ahí, y los discipulos lo mandaron a llamar.
Hechos 9:39 “Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas”.
Amaba
Estas viudas lloraban y mostraban las prendas de Dorcas, reconociendo su trabajo y amor, lo que muestra la relación cercana y comprometida que tenía.
Se esforzaba
Dorcas no optó por la facilidad de ayudar económicamente y después, mantenerse al margen. Sino que se comprometió. Se esforzó mucho.
Dorcas se dedicó a esta labor de amor, siguiendo el ejemplo de Jesús. Ella ha sido una fuente de aliento constante para las buenas obras (1 Ti. 2:10). Así como ella tuvo la oportunidad de servir a Dios, nosotras la tenemos hoy. Y, ¿con quién? primeramente, con las personas que tenemos a nuestro lado.
¡Cuánto necesitamos esas manos diligentes y esforzadas! Nuestra familia requiere la clase de mujer que es fiel a su hogar. Y nosotras, necesitamos examinar cuan comprometidas estamos con Dios en realizarlo. Algunos de los obstáculos para esto son la pereza, el orgullo y el egoísmo. Es una batalla que debemos luchar y vencer todos los días.Solo por gracia y para su gloria. Trabajar con nuestras manos en las labores de hogar tiene un impacto enorme, aunque el mundo le ha quitado valor. Es en los hogares donde los humanos, los únicos de la creación hechos a imagen de Dios, viven y se desarrollan.
Aquella mujer que trabaja diligentemente, se saciará de los frutos de su labor y será honrada por sus buenas obras (Pr. 31:31)
Consejos
Tenemos que ser intencionales en:
1. Examinar el estado de nuestro corazón para realizar nuestras tareas.
2. Analizar en qué actividades perdemos tiempo, para realizar nuestras labores y eliminalas.
3. Planea tus actividades, organizarnos nos ayuda a usar mejor el tiempo y las manos que Dios nos ha dado.
Es maravilloso ver la labor de esta mujer y todo el trabajo que hizo con sus manos. ¡Cuánto bien le ha hecho a su familia! Sin presiones ni por obligación, ella trabaja contenta y gozosa. Debemos seguir su ejemplo día a día, muriendo a nuestras propias pasiones y ejercitándose para la piedad. 1 Timoteo 4:7 “Ejercítate para la piedad”.
Eso es lo que vale la pena, todo lo demás desaparece y es superficial. Mateo 6: 20 y 21 “Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Clama al Señor con todas tus fuerzas y corre a sus brazos, para que Él te llene de su gracia.
Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.