Oseas 11:4
Guié a Israel con mis cuerdas de ternura y de amor. Quité el yugo de su cuello y yo mismo me incliné para alimentarlo.
—NTV
El bebé va tambaleándose y casi se cae, pues todavía no domina el arte de caminar. Pero no se lastima ni se pega la cabeza porque la mamá tiene un rebozo amarrado debajo de sus pequeños brazos. Los papás idean formas de apoyar a sus hijos mientras aprenden a ser independientes, a veces literalmente con «cuerdas», como las que usan para que no se escapen en la plaza comercial.
Dios también se muestra en Oseas como un padre tierno y cuidadoso. Había guiado a Israel con «cuerdas de ternura y amor». Le había alimentado como se hace con una criatura dependiente. Con todo y sus berrinches y su desobediencia, fue paciente.
¿Te has sentido como una niña desobediente? ¿Sientes que tu caminar espiritual tiene más caídas que aciertos? Quizá eres una nueva creyente y estás en las primeras etapas, dando tus primeros pasos. Tal vez ya tienes muchos años con Cristo, pero aún hay ocasiones en que resbalas.
Sin duda, nuestra naturaleza humana es débil y traidora. Pero recuerda que Sus cuerdas nunca te dejarán. Cuando caigas, asegúrate de confesar tu mal tan pronto como el Espíritu Santo te lo revela. Ponte de nuevo en manos del Señor y deja que Sus cuerdas amorosas te rodeen y te levanten.
Si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
JUAN
Un devocional de Destellos de esperanza (B&H en Español)