Skip to main content

Nuestro deseo late al querer ganar por nuestro esfuerzo, entrenamos para ganar triatlones, estudiamos para obtener títulos, trabajamos para ser remunerados. Esta vida constantemente nos enseña que solo podemos obtener algo si nos esforzamos lo suficiente, nada llega fácil, nada es gratis.

Y entonces sucede, como un carro a toda velocidad que se estrella contra una pared, nos estrellamos con una lista de obras realizadas y aquellas por hacer, pero frente a nosotras se encuentra un camino libre de acciones y lleno de regalos. Regalos por los cuales no hicimos nada para recibir, ni siquiera amamos a la persona que con ojos amorosos nos espera para poderlos abrir.

¿Por qué nos cuesta tanto descansar?

Porque es tan difícil para nosotros soltar y solo confiar. Porque es demasiado bueno para ser cierto, que se nos ofrezca una vida plena y salir del desierto sin haber pagado un precio abultado tras haber constantemente fracasado. Nos resulta imposible que Alguien desee dar un regalo tan maravilloso sin esperar algo a cambio que sea ostentoso. El humano da algo esperando recibir, el humano es diferente de Aquel que hizo su corazón latir.

La quinta definición que muestra la RAE al referirse a la palabra «descansar» es:
«estar tranquilo y sin cuidado por tener la confianza puesta en algo o alguien».

Y de qué gran Alguien estamos hablando, ¿te has puesto a pensar que quien sostiene tu vida creó las olas del mar? Las estrellas que brillan en el cielo que a millones de kilómetros están o los peces hasta lo más profundo del mar que existen solamente porque a Él le gusta crear. Y así como le gusta crear también disfruta amar y cuidar.

Sus manos clavadas lo hicieron todo

Su voz, suave como una brisa salada nos recuerda una y otra vez que nuestra salvación, el regalo más grande que cualquiera puede obtener, es nuestro y nosotros ni un dedo tuvimos que mover. Qué asombroso amor, nos deja sin palabras. Pero a la vez, en lo profundo de nuestro corazón quebrantado y manchado con el pecado, nos frustra y también nos angustia. ¿Cómo va a ser? No es posible que alguien decida dar sin esperar, amar sin ser amado y buscar para salvar a aquellos que lo crucificaron.

«Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad» (2 Tim. 1:9).

Gracia, un regalo que no merecíamos, no merecemos y nunca vamos a merecer. Eso es lo que Él ha hecho con nosotros. Descansa en el que compró todo porque te ama, el que fue lastimado porque te ama, el que fue rechazado porque te ama, el que murió en el Calvario, adivina porqué, porque te ama. Su Gloriosa vida, muerte y resurrección, que hace unos días celebramos, son evidencia que el Dios glorioso, descendió del cielo para proclamarse como el Dios soberano que puede traer los muertos a la vida si así lo desea, y efectivamente lo deseo, porque nos amó.

Esta vida con dolor está llena de Su amor

Ahora entendiendo este profundo amor, que se nos ha dado por gracia, la preocupación existente en tu vida evidenciada como muerte, falta de recursos, enfermedad, soledad, incertidumbre, traición o cualquier otra complicación, allí en los ríos de lágrimas que brotan de tus ojos, recuerda que Su gracia alcanza. Y no solo alcanza, rebasa eternamente para recordar que Su mano está en control. No se trata de tus habilidades o capacidades sino más bien, de la falta de ellas y tu reconocimiento de soltar las riendas y dejar que Él reine.

Un Rey que sabe qué se siente llorar una muerte, qué se siente el dolor de una traición, qué se siente la frustración. Descansa en que Sus ojos te ven, reconocen tu dolor, permanece contigo y te infunde valor. No desvíes tu mirada porque crees que no mereces Su amor, sino más bien busca Sus ojos reconociendo tu falta de mérito, pero también aceptando Su perfecta relación. Y en medio de la tormentosa tempestad, recuerda que todo esto pronto pasará, que tu futuro no es incierto, que tu corazón ya no deambula por el desierto, que tienes un dueño que te ve con libertad y que Su mano jamás te soltará.

«Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?» (Mat.6:26).


Mirna Espinoza, guatemalteca con un corazón rebelde que es constantemente corregido por Dios. Salvada por gracia y sin merecerlo. Siempre estudiante y nunca maestra. Sirve al Señor siendo colaboradora para Lifeway Mujeres, en su iglesia local y escribiendo en su blog personal Eufonía, IG: @eufoni.a (para visitarlos solo da clic sobre el nombre del blog y/o sobre nombre de usuario de Instagram)

2 Comments

  • Es hermoso leer cosas como estás que te hacen querer esforzarte más por agradar a Dios y por luchar por aquello que amas…

    Que te apachurran el corazón por el daño que has causado,pero que te animan a dejar de lastimar y te dice perdona a quien te lastimó,amalo y lucha por ser igual a Cristo…
    Quién perdono y amo a quienes más lo lastimaron,siendo uno alguien que el tenía por amigo.
    Gracias Dios te bendiga.

  • Rosa idalia dice:

    Hola soy directora del ministerio de damas desearía saber más de ustedes y saber cómo puedo para ayudar a las damas

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close