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Por Mayra Beltrán

«La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo» (Sal. 19:7)

Cuando hablamos de sabiduría siempre me viene a la memoria la historia de Salomón, que conocí de parte de mi padre desde muy niña y la cual encontramos en 1 Reyes 3:16-28. En esta historia podemos ver como la sabiduría que viene de Dios puede ayudarnos a manejar casos difíciles, al igual que ayudó a Salomón a saber cuál era la verdadera mamá de un bebé cuando dos mujeres vinieron a él y reclamaban ser la madre del niño en cuestión.

No es una sorpresa para nadie que estamos viviendo en un mundo muy complejo y a medida que pasan los días se torna aún más complejo. Es por esta razón que tenemos que navegar en él con sabiduría. Necesitamos más que nunca esa sabiduría que viene de Dios, no podemos salir de nuestros hogares todos los días vacías y solas, ya que la sabiduría divina es la que nos puede blindar de los muchos peligros y dificultades.

El temor del Señor es el principio de la sabiduría

La sabiduría divina no es únicamente ser brillante o tener inteligencia humana como en la actualidad muchos piensan, sino que la misma viene con el temor del Señor. Proverbios 9:10 nos dice que «El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia». No importa las distinciones, máximos honores y premios que una persona tenga, no podemos decir que esa persona es sabia si esa persona no teme a Dios, si esa persona no huye y evita aquellas cosas que no agradan a Dios. Cuando la sabiduría de Dios está en función, la lucha de superar el pecado es un problema menor. Cuando la sabiduría de Dios te está guiando, tienes el sentido común de evitar ciertos caminos, amigos, relaciones, negocios, contratos, conversaciones y hábitos que te puedan llevar hacia los precipicios de la vida.

Proverbios 4:7-8 nos dice: «Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia. Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará si tú la abrazas».

Promesa de Dios:

«Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». (Sant. 1:5). Si nos fijamos en el contexto de esta promesa, ¡necesitamos sabiduría durante las tormentas y las pruebas de la vida! ¿Tienes un problema o un tema en tu vida que necesita ser arreglado? ¡Necesitamos la sabiduría de Dios! Necesitamos sabiduría para criar a nuestros hijos, manejar nuestras finanzas y tener relaciones sanas.

El libro de Proverbios

Sabemos que el Rey Salomón, inspirado por Dios, escribió la mayoría de los proverbios. Salomón tenía mucho que decir porque Dios lo bendijo con sabiduría cuando este le pidió sabiduría en lugar de riquezas y honor (2 Crón. 1:10). El libro de Proverbios es un libro de sabiduría para la vida cotidiana. A pesar de que Proverbios no representa un planteamiento exhaustivo de cada tema, nos permite reorientar nuestros pensamientos y tener una perspectiva fresca ante situaciones cotidianas.

¿Cómo obtenemos sabiduría?

«Porque si clamas a la inteligencia, y alzas tu voz al entendimiento, si la buscas como a plata, y la procuras como a tesoros escondidos, entonces entenderás el temor del SEÑOR, y descubrirás el conocimiento de Dios» (Prov. 2:3-5).

· Desea sabiduría: debemos sentir hambre por ella, añorarla. Proverbios 4:8: «Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará si tú la abrazas».

· Busca sabiduría: orando, leyendo y meditando la Palabra de Dios (Ora Efesios 1:17-18).

· Aplícala a tu vida: lee libros de teología, libros que destilen la sabiduría de Dios.

· Teme al Señor: «Del norte viene dorado esplendor: majestad impresionante alrededor de Dios. Es el Todopoderoso; no le podemos alcanzar; Él es grande en poder, y no pervertirá el juicio ni la abundante justicia. Por eso le temen los hombres; Él no estima a ninguno que se cree sabio de corazón» (Job 37:22-24).

· Busca amigos sabios: te vuelves como las personas con la cuales andas. «Él que anda con sabios será sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño». (Prov. 13:20).

· Pensemos en nuestra muerte a menudo: «Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (Sal. 90:12). Nada nos purga más de la necedad como pensar en nuestra propia muerte.

· Finalmente, vayamos a Cristo, «en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col. 2:3).

Conclusión:

No podemos vivir una vida exitosa, fructífera y completa sin la sabiduría de Dios. Diariamente hacemos docenas de elecciones, algunas buenas, algunas malas, algunas sumamente desastrosas. Solamente la sabiduría de Dios nos puede guiar en los pasos apropiados que debemos tomar en el medio de aparentemente tantas buenas opciones. La sabiduría de Dios es sólida, más fuerte y más profunda que una buena educación. Con todos los peligros que nos rodean, es de mucho riesgo no tener sabiduría divina. Nuestro mañana es un producto de la aplicación de la sabiduría de hoy. La Palabra de Dios, la Biblia, tiene toda la sabiduría que necesitamos para vivir una vida de triunfo en esta tierra.

Mayra Beltrán de Ortiz, decidida a honrar el diseño de Dios para la mujer. Esposa de Federico Ortiz hace 45 años, madre de José Alberto y Erika; abuela de Noé, Renata y Jaime Alberto. Graduada del Instituto Integridad & Sabiduría. Miembro y diaconisa de la Iglesia Bautista Internacional (IBI) donde es parte del Cuerpo de Consejeros y es Encargada del Ministerio de Mujeres EZER

One Comment

  • Julissa Jimenez dice:

    Gracias por tan hermoso escrito, siempre leo sus escritos, una vez estuve muy triste y vi un vídeo de usted y ese día me reí tanto y me ayudó mucho a comprender algunos momentos de angustia en que vivimos!!! Gracias 🙏

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