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Por Liliana Llambés

Llevo alrededor de 20 años en el campo misionero. El Señor me eligió para ser la esposa de un misionero plantador de iglesias, pastor, y para criar a nuestros hijos dentro de ese contexto, comenzando nuevas iglesias. Puedo recordar momentos de soledad, frustración y melancolía. A la vez, tengo tantos recuerdos de aprendizaje, crecimiento, gozo y madurez espiritual por los que el Señor me permitió pasar. Actualmente, estamos una vez más en la plantación de una iglesia en otro país y de nuevo comenzando a vivir este hermoso llamado. Por lo tanto, puedo decir que he caminado siendo esposa de pastor en diferentes países, culturas, contextos alrededor de 20 años. El Señor me ha permitido en Su gracia ser parte de las vidas de otras esposas de pastores en medio de sus sufrimientos, alegrías, retos y desafíos.  

Ahora la pregunta, ¿es fácil ser esposa de pastor?  

Como muchas otras preguntas, esta merece una respuesta individual, de acuerdo como hallamos vivido o estemos viviendo este llamado que el Señor nos ha dado. Así que quisiera compartir contigo varios aspectos importantes que debemos tomar en cuenta. 

Esposa de pastor: Un rol honroso  

«Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas». Proverbios 31:29 

«Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor». Mateo 25:21 

Como esposas de pastores, plantadores de iglesias, ministros de la iglesia o misioneros, estos versículos serían los que nos encantaría escuchar como reconocimiento, pero tristemente hay veces estamos tan preocupadas por cumplir el llamado del Señor en nuestro hogar, iglesia y con las expectativas que otros se hacen de nosotras, que nos agobiamos. 

Una y otra vez he escuchado las expectativas que tiene la congregación de la esposa del pastor, tal como que trabaje al lado de su esposo tiempo completo, pero no recibir salario, que debe ser amable y comprensiva todo el tiempo y liderar varios ministerios. 

A lo largo de todo este tiempo como esposa de pastor el Señor me ha permitido caminar con muchas esposas de pastores, plantadores y lideres de ministerio y muchas de ellas dirigidas por el amor y devoción al Señor y a sus familias, trabajando en lo secular y en su puesto como esposa. Al caminar con ellas y lo que he podido experimentar en mi propia vida, en momentos, viene la tensión de la soledad, problemas económicos, situaciones serias con miembros de la iglesia, que nos pueden llevar a entrar en situaciones difíciles en la relación en el matrimonio. Por lo tanto, no estás sola, hay cantidad de esposas de pastores que están viviendo situaciones similares y aún peores. 

Ahora quisiera que meditaras un momento en estas preguntas que te voy hacer: 

¿Esta eres tú? ¿Estas sintiendo el agobio del misterio que Dios ha llamado a tu esposo? ¿Te sientes fatigada con las demandas de este rol? 

Muchas veces nos sentimos confundidas, ya que no sabemos cómo encajamos o cómo suplimos las necesidades y las expectativas como esposa de pastor. Generalmente hay una descripción para muchos líderes, rara vez existe una para la función que debe cumplir la esposa del pastor, sin mencionar las expectativas que se tiene de ellas. 

Quizás la anterior esposa de pastor marco un precedente en la iglesia y ahora que tu esposo y tú han llegado se han hecho expectativas de lo que deben hacer o no. Es muy triste ver que la familia pastoral vive en una pecera, se espera que sean ejemplo de todo, son examinados, criticados, y después de esto, vienen las expectativas que tú misma te exiges. 

En el caminar con esposas de pastores y mi propia experiencia, lo he pasado, somos esposas de alto rendimiento, sus esposos están allí dando lo mejor y nosotras a su lado, pues deseamos dar lo mejor para la gloria de Dios. Debemos mirar al Señor a quien daremos cuenta de nosotras, 

«De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo» Romanos 14:12. 

Así que cuando decidimos seguir un plan conforme al Señor, debemos saber que no todos estarán de acuerdo con nosotras y no debemos prestar atención a las expectativas de las personas. 

Recuerda que la misma palabra nos dice, «Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres» Colosenses 3:23 

Cuando alguien ofrezca críticas constructivas que nos ayudar a crecer en el Señor y cumplir la expectativas de Él,  no debemos sentirnos mal por la confrontación, sino agradecidas por ello como nos dice Su Palabra. Dios usa a otros como medios de gracia para llevarnos a parecernos más a Cristo. Recordemos, «El hierro con hierro se afila, y un hombre aguza a otro» Proverbios 27:17. 

Recordar y aceptar con humildad que no somos perfectas, nos ayudará ante cualquier situación. Siempre necesitamos caminar con otras. Recordemos que vivimos bajo la gracia y misericordia de Dios. Si nos equivocamos y nos arrepentimos y pedimos perdón, el Señor nos perdona y debemos pedir perdón a los que hemos ofendido. Amadas, hay libertad en la gracia del Señor. 

«Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud» Gálatas 5:1. 

Es importante que tengamos muy claro nuestro rol como esposa de pastor, que tengamos la confianza firme en Él y seamos la mujer que Dios creó. 

Resplandecer de nuestro rol 

La Palabra del Señor no habla de la función de las esposas de pastores, ni qué debe saber esto o aquello, claro está que cuándo plantamos una iglesia junto a nuestro esposo hay momentos que nos sentimos abrumadas dado el hecho de que en algunos contextos, solo va la pareja y no tienen el beneficio de un equipo plantador. Y la soledad nos visita. Pero vayamos a la Palabra a ver que nos dice sobre lo que el Señor espera de nosotras. 

En la Palabra del Señor encontramos a Pablo describiendo en la carta de 1 Timoteo, los requisitos para alguien que desea el pastorado. En ella vemos los requisitos para los pastores, ancianos, diáconos de la iglesia y también vemos cuál debe ser el carácter de ellos que igualmente aplica a todos los cristianos, ya que un carácter bien formado aplica a cada liderazgo de la iglesia.  

Como esposa de pastor, un hombre llamado al ministerio, como lo define esta carta debemos estar seguras que modelamos la clase de carácter ejemplar, como nos lo dice Pablo por inspiración divina en 1 Timoteo 3:11, «De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo».  

Así que nuestro llamado debe ser como cualquier hermana en la iglesia. A ser una mujer piadosa, esposa, madre y fiel miembro del cuerpo de Cristo 

En la Palabra tenemos un pasaje clave de lo que define el rol de la mujer en la iglesia local. 

«Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» Tito 2:3-5 

Características del carácter para nuestro rol: 

Si miramos en la Palabra El Señor está interesado en el carácter de la mujer para la iglesia. 

Si tus hijos ya son mayores, entonces la enseñanza de mujeres mayores aplica a ti, pero no importa qué edad tengas, pues como esposa de pastor, esposa de plantador de iglesia, esposa de líder o misionero eres vista como un ejemplo a seguir. 

Así que debemos evaluar el carácter de una mujer mayor 

  1. Sometida a Dios. Por lo tanto debemos ser una mujer que tenga una admiración por Dios. La forma en que podamos mantener esta sumisión a Dios es que busquemos crecer en la Palabra de Dios, meditando en ella cada día y obedeciendo. «No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios» 1 Timoteo 4:7 NTV. 
  1. Controla tu manera de hablar.  Debemos tener la sabiduría para hablar y callar. Es muy fácil caer en chisme con solo decir que lo comentamos para orar y comentar con otros información confidencial de otras personas. Esto es un daño a la obra de Cristo y al ministerio que el Señor le ha dado en sus manos a nuestro esposo. Proverbios 11:13 nos dice, «La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta» NVI. Debemos ser mujeres confiables. 

Quisiera que volviéramos a leer Tito 2:3-5 y haciendo énfasis, en la parte final cuando vivimos de esta manera: 

Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» Tito 2:3-5 

Si nosotras no vivimos de esta manera, blasfemamos la Palabra, es decir, haremos deshonra a la Palabra y daremos oportunidad a que otros hablen mal de la Palabra por no vivir de acuerdo a lo que el Señor nos manda a que vivamos. 

Aquí Tito 2:3 está dirigido a ancianas primordialmente, a las que ejercemos liderazgo en el ministerio de la iglesia. Si estas libre de responsabilidades de criar hijos ya estás en esta categoría, y no nos jubilamos de la iglesia, es tiempo de enseñar «lo bueno». Debemos alentar a las jóvenes que tienen niños pequeños a que se enfoquen en su primer ministerio que es el hogar y participar en grupos pequeños o personales. Enseñar a estas jóvenes mamás a tener un equilibrio entre el hogar y la iglesia. Como esposa de pastor rodéate de ancianas con sabiduría para que puedan caminar contigo y también puedan ayudarte con las demás hermanas. 

Nuestro rol como esposa de pastor dentro del cuerpo de Cristo 

Hemos visto que nuestro primer llamado es a nuestro Señor y Salvador, nuestro esposo e hijos. 

¿Significa que debemos dejar que sea nuestro esposo el que realice todo el trabajo de la iglesia? 

¿Cuál es exactamente nuestro rol? 

También tenemos un llamado de usar nuestros dones espirituales que son deberes para todo cristiano como miembros en el cuerpo de Cristo. 

Romanos 12:3-8 

«Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros».  

1 Pedro 4: 10  

«Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios». 

Lee también 1 Corintios 12.  

Si no usamos nuestros dones como miembros en nuestra iglesia local, la iglesia se vuelve invalida porque somos un cuerpo. Si eres un ojo no intentes ser una mano, da lo mejor de lo que eres. Eres libre de servir con todo tu corazón y alma para la gloria de Dios, como cualquier otro miembro de la iglesia lo haría en el poder del Espíritu Santo. 

El gozo de obedecer nuestro rol bíblico 

Hay un enorme gozo de comprender y poder obedecer nuestro rol bíblico. Cuando te limitas a complacer a Dios, eres liberada de cumplir con las expectativas inalcanzables. Haz descubierto que el rol como esposa de un hombre en el ministerio o como líder, no es diferente a cualquier otra mujer ejemplar de la iglesia. Eres libre de concentrarte en tu propio carácter, en tu esposo, en tu hogar y después, en las áreas específicas de tus dones espirituales. 

Recuerda que no te encuentras en un pedestal por ser esposa de pastor o de un líder o porque eres líder.  Tú y yo somos pecadoras salvas por la gracia y misericordia de Cristo. Aún en estas responsabilidades nos podemos sentir desalentadas, pero recuerda que no lo hacemos en nuestras fuerzas sino en las del Señor. Tenemos Su promesa que Él nos ayudara 

En la gracia de Dios, Él nos llamó y Él nos capacitará y nos ayudará a florecer en este rol. 

«Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas , abunden para toda buena obra» 2 Corintios 9:8. 

Por fe nos podemos apropiar cada día de la hermosa gracia del Señor para cumplir el rol bíblico de ser esposas de pastor y encontrar en ella un consentimiento inigualable. Considera que tu esposo ha sido llamado a cuidar, alimentar y capacitar las ovejas del Señor que Él compró con Su sangre preciosa.  

Cuando nos enfocamos en lo principal, encontramos el gozo de haber realizado un buen trabajo. Podrás examinar las diversas expectativas y podrás escuchar a tu esposo e hijos. Las palabras en Proverbios me ayudan a mantener la vida en perspectiva y me sirven de aliento. Es mi oración que a ti también  

«Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo: “Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas”. Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada»   

Proverbios 31:28-30. 

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

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