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[Es una Gran Historia]

Jen Wilkin

De Génesis a Apocalipsis, la Biblia nos cuenta sobre el reino y el gobierno de Dios. Esta es la Gran Historia de la Biblia, el propósito por el cual fue escrita. Cada uno de los 66 libros contribuye a contarnos esa Gran Historia: una historia de la creación, la caída, la redención y la restauración. La Biblia de manera intencional nos cuenta esta Gran Historia en un millar de historias más pequeñas, desde la primera página hasta la última. Resulta, entonces, que nuestro propósito al estudiar debe ser buscar esa Gran Historia cada vez que vamos a las Escrituras.

Estudiar la Biblia con un propósito significa tener en mente todo el tiempo su mensaje general, ya sea que estemos en el Antiguo Testamento o en el Nuevo, ya sea que estemos estudiando los profetas menores o los Evangelios. Para llevar a cabo esto, debemos tomar distancia de un libro o de algunos pasajes determinados y apreciar mejor y de manera amplia cómo contribuyen a revelar la Gran Historia.

Si no tenemos clara la Gran Historia, quizás tengamos dificultad para encontrar continuidad entre el Dios del Antiguo Testamento y el Dios del Nuevo Testamento. Quizás tenemos todo un problema para relacionarnos con el Antiguo Testamento. Es posible también que malinterpretemos el propósito o énfasis de una historia más pequeña porque la hemos visto separada de su relación con la Gran Historia.

Aprender a orientarnos hacia la metanarrativa de la Escritura nos da un claro propósito para nuestro estudio: contemplar el reino y el gobierno de Dios tal como se revela en Su Palabra, lo cual da como resultado un mejor entendimiento de nuestro propio lugar en la Gran Historia. Una vez que hemos determinado nuestro propósito en términos generales, estamos listas para considerar el segundo elemento para nuestro estudio de la Biblia: la perspectiva. Pasamos de preguntar: ¿«Cuál es el marco general de la Biblia como un todo?» a «¿Cuál es el marco particular de esta porción de la Escritura que estoy estudiando?».

No solo los 66 libros de la Biblia cuentan una gran historia, sino que cada uno de los 66 libros cuenta su propia historia, reflejando el carácter de Dios a través de unas lentes históricas y culturales determinadas. Estas lentes nos dan la perspectiva necesaria para entender un texto de manera correcta. Si nos tomamos el tiempo para aprender la perspectiva cultural e histórica de un libro de la Biblia, comprenderemos mejor cómo interpretarlo y valorarlo.

El contexto cultural e histórico de la Biblia está allí para ser excavado, pero solo aquellos creyentes con un sentido de su pequeño lugar en la historia de la redención suelen estar más dispuestos a excavar con diligencia. Los estudiosos llaman a este proceso de excavar el significado original de un pasaje exégesis.

Estudiar con perspectiva, hacer el trabajo duro de desenterrar el marco cultural e histórico de un texto, te brinda la posibilidad de leerlo de la manera en que su autor pretendía que se leyera. Tomar en cuenta el propósito original de un libro y valorar los géneros que utiliza te permite iniciar el proceso de la alfabetización bíblica con toda formalidad.

Un fragmento del libro Mujer de la palabra: Cómo estudiar la Biblia con mente y corazón (B&H Español)

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