Una disciplina importante y olvidada: la oración

Por Lily Llambés

Uno de los recuerdos más hermosos que tengo a través de los años, fueron aquellos miércoles en la mañana en mi iglesia local, cuando mis hijos eran pequeños, fui invitada por una hermana mayor para que le acompañara a las reuniones de oración. El primer miércoles, causo un impacto en mí, pues todas eran mujeres mayores reunidas, cada una con su Biblia, adorando al Señor teniendo tiempos de oración a solas y en conjunto. Yo era nueva creyente y mi deseo de aprender sobre la oración me hizo anhelar esos tiempos con mis amadas hermanas. Me amaron, amaban a mis hijos y no les interrumpían sus risas de niños, ni conversaciones entre ellos, entendían que era bueno para mi estar entre ellas para crecer y ser una mujer de oración individualmente y en la comunidad de la iglesia.

La oración es una disciplina espiritual super importante, pero a menudo, olvidada por muchos. En un mundo lleno de distracciones y ruido donde las ocupaciones van en aumento, nos absorben y perdemos ese tiempo precioso de oración en otros asuntos, sin tomar en cuenta, ni recordar que la oración fue algo que Jesús practicó y Pablo nos recuerda que debemos orar.

«Orad sin cesar», (1 Tesalonicenses 5:17, RVR 60).

Muchas personas pueden sentir que no tienen tiempo para la oración o que no saben cómo hacerlo. Sin embargo, no es necesario que la oración sea complicada, es una cuestión de rendición del corazón y Jesús nos dejó el modelo por excelencia para orar en Mateo 6:9-13 con lo que se conoce como el Padrenuestro.

Además, a veces estamos tan involucradas en el día a día, hogar, trabajo, ministerio, que perdemos de vista lo prioritario, que es ese tiempo de dependencia del Señor.

¿Alguna vez has vivido está situación? ¿Alguna vez has estado tan ocupada en el día a día, trabajo, hogar, en el aprendizaje de la doctrina y del servicio que te has olvidado de estar en comunión con Dios?

Jesús nuestro primer modelo

Jesús tenía por costumbre retirarse a estar solo a pesar de estar super ocupado, obedeciendo lo que Su Padre le había enviado a realizar, aun Él siendo Dios, necesitaba la comunicación con el Padre en Su calidad de hombre.

«Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; al anochecer, estaba allí solo», Mateo 14:23.

Pudiéramos hacernos esta pregunta: ¿Nos cuesta estar solos sin distracciones, como el teléfono y las redes sociales, para estar en soledad con nuestro Padre celestial en oración?

Tristemente en estos tiempos, el estar solos significa estar presos de los teléfonos y las redes sociales que cada vez nos hacen perder la prioridad como creyente en nuestra vida y hacer lo que el Señor nos ha demandado a «Orad sin cesar».

Ahora quisiera hacerte otra pregunta, ¿Cuánto tiempo te has dedicado hoy a la oración? ¿Cuánto tiempo te quedas sin distracciones ante el trono de la gracia?

Mi querida hermana estamos en un tiempo en que Latinoamérica está viviendo el resurgir de la doctrina reformada, y damos gracias al Señor por eso pero, ¿estamos orando en el poder del Espíritu Santo en soledad y en comunidad de iglesia como Jesús y las Escrituras nos enseña?

Podemos tener todos los estudios, escuchar todos los podcasts, leer todos los libros que queramos, pero si no estamos gozándonos en la oración y procurando el actuar del poder del Espíritu Santo en nuestras vidas para involucrarnos en Su obra, estamos perdiendo un tiempo valioso.

¡Cuánto necesitamos esos hermosos tiempos con nuestro Señor, como Él nos lo modelo!

«Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, Jesús salió y fue a un lugar solitario, y allí oraba», Marcos 1:35.

Cada situación difícil en nuestra vida, cada enfermedad, cada malentendido deben llevarnos a un tiempo hermoso de rodillas ante el Señor, orando para que Su voluntad se cumpla en nuestras vidas como lo hizo Jesús.

«Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente», Hebreos 5:7.

¿Cómo aprendemos a orar más disciplinadamente?

Debemos comprender lo que nos dicen las Escrituras y el mandato que nos da Efesios 6:12-13: «Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes».

PRÁCTICAS:

1)Ser intencional desde el día anterior colocándole hora especifica de ese encuentro con el Señor.

2)Tener la Biblia en pasajes específicos de oración, comenzando con aquellos que Jesús modeló.

3)Tener una lista de oración por aquellas necesidades de otros hermanos.

4)Tener una lista de oración por aquellas personas que no conocen de Cristo, así como aquellas cosas que el Espíritu del Señor te mueva orar.

Recuerda a los discípulos que no le pidieron a Jesús ninguna otra cosa que les enseñara, sino a orar y Jesús lo enseño en Mateo 6:9-13.

Amada hermana oro por ti y por mi para que podamos evaluarnos y venir en arrepentimiento por aquellas veces en que usamos el tiempo en otras cosas y no en estar en la presencia del Señor en oración, que seamos como María en Lucas 10:42, donde María escogió la mejor parte, que fue estar a los pies del Señor.

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org