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Por Jeanine Martínez.

La soltería es una etapa importante para todo ser humano. Nacemos solteros, pasamos una buena parte de nuestro desarrollo solteros y la mayoría de nosotros moriremos solteros. Recibo constantemente preguntas de muchas hermanas de cómo lidiar con su soltería. Tristemente se ve a la soltería como una parte vergonzosa de nuestra identidad. Todo lo que forme nuestra identidad, que no sea lo que Dios dice de nosotros, tiene el poder de socavar o deformar lo que creemos acerca de quiénes somos. Esto tiene consecuencias en la forma en que vivimos (Romanos 12:2).

La feminidad bíblica es la forma en la cual como mujeres vivimos de acuerdo a los mandatos bíblicos. No es definida por el estado civil. Tampoco debemos confundir la feminidad bíblica con las expresiones culturales de esa feminidad. Por ejemplo: hay mujeres que son más artísticas y otras son más deportistas. Ambos dones dados por Dios. 

Así que una niña o a una mujer a la que le gusta el fútbol en lugar del bordado no está reflejando un problema de feminidad. Una mujer que escogió de profesión ingeniería civil, como es mi caso, en lugar de ser maestra de niños, no está desobedeciendo la enseñanza bíblica. Es un error aconsejar a una soltera a enterrar sus dones y talentos porque tal vez no le sirvan para el tiempo del matrimonio. Dios es soberano y solo Él sabe el plan que tiene para la vida de esa mujer.

Toda mujer soltera necesita estar preparada para la vida y aprender las habilidades que le hagan un ser humano consciente, útil para Dios y lista para servir a los demás. Cocinar, lavar su ropa, cuidar una casa y administrar un presupuesto son habilidades básicas para vivir ya sea que seamos casadas o que permanezcamos solteras por un largo tiempo o para siempre. 

Por estas razones, es necesario vivir nuestra soltería y prepararnos para vivir de manera responsable. Aprovechar nuestros años formativos respetando a los hombres a nuestro alrededor, ya sea que lleguemos a casarnos o no. La palabra de Dios nos manda a vivir con respeto y honor los unos a los otros. Aprendamos habilidades básicas y algún tipo de oficio, profesión o vocación, no a manera de perder el tiempo esperando un compañero. La soltería no se vive aguardando pasar a otra etapa, sino de cara a Dios siendo productivas por el tiempo que Dios así lo determine. Como hechuras y obra de Dios, las mujeres solteras necesitamos aprovechar el tiempo en buenas obras. “somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10). 

Para vivir bíblicamente debemos buscar estar sometidas con gozo a la revelación de Dios en Su Palabra. Hombres y mujeres somos distintos. Una mujer soltera hace las cosas distintas a los hombres solteros. Pero los mandatos bíblicos de pureza, devoción a Dios y servicio a los demás son los mismos aunque se expresen en formas diferentes.

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2). 

Es necesario que caminemos en el tiempo de nuestra soltería, siendo transformadas a la imagen de Dios para reflejar a Su Hijo. Busquemos intencional y vehementemente hacer la voluntad del Padre. 

Por otro lado, necesitamos  expresar una feminidad humilde, reflejando a Cristo sabiendo que nos necesitamos los unos a los otros. No conformándonos al mundo. Decidamos cultivar nuestras habilidades, dones y profesiones de manera humilde, sabiendo que nos necesitamos los unos a los otros. Las mujeres solteras también necesitamos aprender a relacionarnos santamente con los hombres en nuestra vida y alrededor nuestro. No podemos asumir el slogan del mundo “no necesitas a un hombre” porque no es cierto. Necesitamos padres, pastores, hermanos y amigos porque así ha diseñado Dios que vivamos nuestra soltería como parte de un cuerpo y no aisladas o solo entre mujeres. 

“Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3).

¡Qué Dios nos ayude a vivir para SU GLORIA  en todas las épocas y etapas de nuestra vida, como han sido diseñadas por Él!

Jeanine Martínez es misionera en Guatemala y sirve con Iglesia Reforma. Es enviada por la Iglesia Bautista Internacional, República Dominicana. Tiene una Maestría en Artes en Estudios Teológicos y Liderazgo Intercultural por el Seminario Bautista del Sur (SBTS), y una Maestría en Ciencias en Ingeniería Sanitaria y Ambiental (INTEC). Sirvió como misionera transcultural, con enfoque en enseñanza bíblica, entrenamiento misionero y discipulado, en el Sur y el Este de Asia por casi 9 años. Es apasionada por hacer discípulos de Cristo, de todas las naciones, a través de la enseñanza bíblica. Le gusta cocinar, la música, y conocer personas de distintas culturas, apreciando la multiforme gracia. De vez en cuando, recuerda detenerse y oler las flores.

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