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Por Susana de Cano 

¿Te sorprende el título de este artículo? ¿Acaso no es verdad? Déjame contarte sobre lo que no significa esta frase que se ha popularizado entre nuestra jerga evangélica y, por otro lado, déjame contarte la historia de la reina Ester. Confiando en la autoridad de las Escrituras, sabemos que el Espíritu Santo inspiró al autor del libro de Ester a narrar la historia, y en tú caso, al final de este blog tú puedes decidir si verdaderamente fuiste «creada para un momento como ese», al estilo de la reina Ester.  

CONTEXTO 

El libro de Ester es narrativo. Se describe la historia del pueblo de Israel en su regreso después de su exilio babilónico, el mismo que duró 70 años debido a su idolatría y rebeldía contra Dios. Mardoqueo y Ester, a diferencia del resto de judíos que retornaron a Jerusalén, se quedaron en Persia bajo el reinado del rey Jerjes o Asuero. En la narrativa, Ester es escogida como la esposa del rey, no en un concurso de belleza como muchos suelen contar, sino en un ambiente lleno de abuso, dolor y separación familiar.  

El libro de Ester tiene algo bastante curioso, no se menciona a Dios por ninguna parte. Por mi parte considero que Su autor lo inspiró así. Por esta razón, podemos ver en cada página del libro de Ester como se revela la providencia silenciosa de Dios. A diferencia de las obras visibles que Dios realizó en el Éxodo para liberar a Su pueblo, en esta historia vemos a Dios obrando a través de los personajes para liberar a Su pueblo del exterminio. Su mano se mueve irónicamente en la vida de todos los personajes para que Sus planes se cumplan tal cual Él lo ha determinado desde antes de la fundación del mundo.  

¿ESTER FUE CREADA PARA UN MOMENTO COMO ÉSTE? 

Primero, en Ester 4:14 no dice esa frase que repetimos. Segundo, muchos han contado la historia de una forma que coloca a Ester como la heroína, pero al leer con detenimiento vemos que es una mujer común como tú y como yo, y que el Héroe es otro. 

En el capítulo 4, luego de que Mardoqueo envía un mensaje a Ester contándole los planes del malvado Amán sobre exterminar a todos los judíos, ella responde: «Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días» (v.11). ¿Qué nos revela este versículo? Ester no dijo a la primera: «¡sí iré, heme aquí la sierva del Señor!». Ester temía por su vida, probablemente el rey no la había llamado recientemente. Lo cierto es que ella podía enfrentar su muerte. Ester se encontraba con la disyuntiva de ayudar a su pueblo o protegerse a ella misma. Diariamente, debemos decidir si vivimos para Dios o para nosotras ¿no es así?  

Sigamos con la historia. Mardoqueo le responde a manera de redargüirla: «No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío [no olvides quién eres]. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos [Dios no te necesita, pero te está usando ¿obedecerás?]; más tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?» (vv.13-14, énfasis añadido). La frase bíblica dice: «llegado». No dice «creado» ni «llamado». Hay una gran diferencia, porque todas hemos sido creadas para la alabanza de Su gloria y todas hemos sido llamadas para ser santificadas a la semejanza de Cristo. ¡Algo mucho mejor! 

En medio de la lectura agradecemos a Dios por la vida de Mardoqueo, quien seguramente fue guiado por el Espíritu Santo para decir esas palabras en un momento tan difícil. Quizá recordó Génesis 12:3: «Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra», y fue animado con la certeza de que Dios estaba con ellos.  

Ahora bien, la aplicación que usualmente hacemos a este pasaje es como si nosotras viviéramos en un palacio y fuéramos la esposa de un rey persa malo, necio, borracho y testarudo. Usualmente lo decimos cuando alguien más o nosotras estamos en posiciones de influencia o con los reflectores sobre nosotras. «¡Cómo Ester, he sido llamada o creada para un tiempo como éste!» La verdad es que, ¿a quién no le gusta las plataformas y ser las heroínas de la historia? Si somos honestas, a todas. Pero, el libro de Ester no se trata de Ester, ni de esa frase en particular. Se trata del Dios del pacto que estaba y está orquestando todo para Su gloria y Su plan. 

Ester sí llego a enfrentar un momento como ese, pero no porque ella lo pensó en su sabiduría o recolectó méritos para estar allí, sino porque Dios estaba en el asunto. La promesa de Dios de que Su pueblo sería preservado para que años después el Mesías esperado viniera al mundo era un «Sí» rotundo. Y hoy podemos afirmar que es así pues Cristo vino, murió y resucitó para liberar a Su pueblo del exterminio de sus almas para prometerles un mejor Edén, un banquete interminable. 

El libro de Ester se trata del nombre de Dios frente a las promesas que por años se mantenían para Su pueblo, y que hoy, en su mayoría son nuestras en Cristo. Como toda buena historia, Ester tiene su clímax en estas preguntas: «¿Ester obedecerá o se auto protegerá?». En los siguientes versículos cuando ella responde afirmativamente, no solo atestigua de su fe y obediencia a Mardoqueo y a Dios, sino que muestra su carácter. Su vida de obediencia se construyó sobre cada día serle fiel a Dios y en obediencia a Mardoqueo.  

TÚ Y DIOS  

En el libro: «Una mujer elegida: un estudio sobre la vida de Ester», encontrarás un listado de todas las situaciones en las que la mano de Dios se movió providencial y soberanamente. Te invito a buscar el libro y aprender más sobre esta exquisita historia que nos apunta al verdadero héroe: Cristo por el poder del Espíritu Santo en la salvación de Su pueblo, que hoy, nos incluye. 

Dios nos lleva a relacionarnos con familias, en lugares y situaciones específicos que usará para Sus propósitos y el avance del evangelio. Dios obra en nuestras vidas igual que con Ester y Mardoqueo. La urgencia de obedecer y confiar en Dios para obrar en obediencia y fidelidad es ahora, en este momento. Podemos obedecer en nuestro rol de esposa, de madre, de hija, de hermana en Cristo, siendo mujeres de fe cuando nos ven y no nos ven. Ester fue valiente, sí, pero ella fue un instrumento de Dios como lo eres tú también en el lugar donde Dios te ha puesto. Ella resolvió en su corazón que entraría al palacio, aunque pereciera. Pero Cristo no solo anunció que perecería, sino que pereció y resucitó para que hoy tengamos una nueva vida y anunciemos Su evangelio a los nuestros. 

Entonces no se trata de un súper llamado al estilo Ester, se trata del llamado a la fidelidad a Dios allí donde estás, un día a la vez. Hoy es tu momento, ya sea lavando los platos con gozo, manejando horas de tráfico para ir a traer a tus hijos con agradecimiento, realizando reportes laborales con integridad y ética, estudiando en la universidad con diligencia, esto es ser valiente en un mundo que no valora lo que Dios instruye y ni lo glorifica. Entonces, ¿fuiste creada para un momento como ese? O ¿Fuiste creada para que cada momento de toda tu vida sea de fidelidad, obediencia y valentía en Cristo por el Espíritu Santo que habita en ti?


Susana de Cano está casada con Sergio y juntos tienen tres hijos, y un yerno. Vive en la ciudad de Guatemala, donde es miembro activo de Iglesia Reforma. Sirve en discipulado, enseñanza bíblica y consejería a las mujeres.
Además, colabora con varios ministerios en escritura y edición. Es autora de los libros: «Una mujer elegida» y «¿Qué dice la Biblia acerca de…?». Tiene estudios en Teología del Seminario Semper Reformanda y actualmente está estudiando una Maestría en Artes en Educación Cristiana en el Programa Hispano en The Southern Baptist Theological Seminary.

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