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Carlos Llambés

«Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del
Hades no prevalecerán contra ella»
(MAT. 16:18).

Las palabras de este versículo son de gran aliento. En tiempos donde se ha visto una disminución de la asistencia a la iglesia debido a la pandemia por la que estamos atravesando, tenemos las palabras de Cristo que nos dan la seguridad de que Su Iglesia será preservada por Él.

Me gustaría que vieras algunas cosas importantes que se desprenden de una gran afirmación y promesa de Jesús.

  • Mi iglesia: De Cristo, no es mía, ni tuya, ni de Roma, ni de los padres, ni de los pastores, ni de ministros, ni de obispos, ni de los anglicanos, los bautistas, los metodistas, los presbiterianos. No es de ningún gobierno o reinado. Es de Cristo.
  • El edificador: Cristo. No depende de pastores, misioneros, evangelistas, ni maestros. Cristo es quien edifica.
  • El cimiento: Cristo. El único capaz de sostener el peso de nuestros pecados, el único cimiento verdadero.
  • Las puertas del Hades: Satanás siempre intentará destruirla, pero no lo logrará. Las luchas y los sufrimientos vendrán, pues el diablo odia la Iglesia de Cristo. Las puertas del Hades siempre atacarán. El diablo, el gran enemigo, no puede sacar a nadie del cielo, pero intentará agravar nuestro camino.
  • La seguridad: Cristo la preservará. La victoria en y con Cristo es segura. Recordemos las palabras de Cristo: «Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros» (Mat. 5:11‑12). Cristo hará Su parte y en lo que respecta a nosotros, «no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gál. 6:9). El gran evangelista D. L. Moody dijo: «De 100 hombres, uno leerá la Biblia, los otros 99 leerán al cristiano».

Vivamos confiando en la gran afirmación y promesa de Jesús, el mundo puede parecer que se está cayendo a pedazos, pero nuestra esperanza para la Iglesia es que Jesús la cuida y la cuidará hasta que Sus propósitos para ella se cumplan. Que el Señor nos ayude a vivir con esa perspectiva. Martín Lutero señaló: «Porque donde Dios edificó una iglesia, allí el diablo también edificó una capilla». Así que no te sorprendas, ni te desanimes, sigue adelante haciendo lo que te corresponde.

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